martes, 2 de junio de 2009

El arte de hoy

Mi nombre es Leopoldo Gonzalez Andrades quiero dejar claro que esto que escribo es mi opinión y no la del Colectivo al que pertenezco (Ventana Plástica).

Hace unos días, tuve ocasión de participar en el concurso de pintura de la ciudad de Utrera. Si bien dije hace tiempo que no volvería más a participar en el mencionado concurso, en esta ocasión, me dije a mi mismo: -a lo mejor han cambiado las cosas-, pero no, las cosas siguen igual.
¿A que me refiero?, pues bien, a la cantidad de porquería que el Ayuntamiento con el dinero de todos está adquiriendo año tras año, bajo la muleta del llamado arte contemporaneo, tienen que tener un almacen lleno de objetos mas dignos de alimentar una chimenea que de estar en el estatus de obra de arte. Esto podría traducirse en un pataleo de un pintor al que no le han seleccionado su obra, pero no, invito a todo hijo de vecino con dos dedos de luces a que visite la exposición de obras seleccionadas y compruebe in situ de lo que hablo y es que además, las obras adquiridas son de lo peor que se puede contemplar en la mediocridad de la selección de obras.
Lo peor de todo esto, es que es un clamor popular, por lo menos en toda la provincia de Sevilla y que nadie con poder para cambiar las cosas, hace ni dice nada.
En todo esto, hay un clamor general de aquellos que dicen que no entienden nada de pintura y que mucho menos el arte contemporaneo. El arte contemporáneo es otra cosa, para empeczar es el arte que se hace hoy, ya sea realista, hiperrealista, impresionista, abstracto etc, pero siempre que sea arte y no un cúmulo de pegotes que se tira alguien y que otros culminan ensalzándolos artificialmente. Yo digo que no entiendo nada de música y si se lo que me gusta oir o no.
La pintura, como todas las artes es un medio de comunicación y por tanto no es necesario entender de pintura para discernir lo bueno de lo mediocre, si hay conexión entre el artista y el observador, es suficiente. Hay que ser valientes y llamar a las cosas por su nombre y no permitir que cuatro listillos nos digan lo que es bueno y lo que no lo es. Hay que ser autónomos en la concepción del arte como lo somos en el enfrentamiento diario con la vida.
Espero que esta humilde opinión mueva por lo menos a una conciencia, a plantearse que toda persona es válida para juzgar aquello que ve y no sentirse atada ante ningún complejo de su desconocimiento en la materia.

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